
Un sábado por la noche me decidí a salir de marcha con mis amigas al puerto. Tenía pensado ir a dar una vueltilla simplemente para distraerme, todo iba mejor de lo que me imaginaba. Así que nos adentramos en un pub llamado el Galeón,comenzamos a beber y no me di cuenta que estaba bebiendo más de lo que debía pero seguí haciéndolo.
El alcohol me empezó a hacer efecto, ya ni me sostenía de pie, las cosas me daban vueltas, no sentía el frío de la madrugada y sólo pensaba en llegar a casa.
Así que mis amigas al verme en malas condiciones llamaron a mi novio para que me fuese a buscar.
Él cuidó de mí, me ayudó en todo lo que pudo pero yo no podía poner mucho de mi parte.
Al día siguiente me quería morir.
¡Maldito el alcohol!
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